Adenoma tiroideo tóxico

Un adenoma tiroideo tóxico, también conocido como nódulo tiroideo, es un tumor benigno de las células de la glándula tiroides.

Estos tumores son comunes y a menudo producen pocos o ningún síntoma. Los síntomas que aparecen pueden indicar hiperactividad tiroidea. Los signos de cáncer de tiroides aparecen en algunos casos en los que hay tumores. Los tratamientos para el adenoma tiroideo varían y pueden incluir cirugía, terapia o medicamentos.

Se estima que el diez por ciento de la población sufría de un nódulo tiroideo, con más mujeres en desarrollo que hombres. Se cree que el envejecimiento aumenta el riesgo de desarrollar este tipo de tumor. Algunos tienden a ser clasificados como quistes llenos de líquido, mientras que otros son una colección más pequeña de células de la glándula tiroides.

Signos y síntomas

Las personas con adenoma tiroideo pueden no tener síntomas clínicos a menos que el tumor sea canceroso, muy grande o cause hipertiroidismo. Los síntomas que indican la presencia de tumores grandes incluyen dificultad para respirar y tragar, cambios en la voz y dolor de cuello. En caso de hipertiroidismo, también pueden ocurrir otros síntomas, incluyendo un resfriado, piel húmeda, pérdida de peso, pulso fuerte y bochornos. El adenoma tiroideo en personas con enfermedad de Hashimoto puede causar hinchazón facial, aumento de peso y pérdida de cabello.

Diagnosis

A los hombres y mujeres que encuentran un bulto en el cuello se les aconseja consultar a un médico. Los médicos a menudo encuentran nódulos tiroideos durante los exámenes físicos de rutina o exámenes imagenológicos para otros problemas de salud. Si se detecta un adenoma de la tiroides, los médicos pueden realizar varias pruebas, incluyendo ultrasonido de la tiroides, biopsia y pruebas de TSH.

Complicaciones y tratamiento

Las características que muestran una mayor probabilidad de tumores cancerosos incluyen un nódulo duro, exposición a la radiación de la cabeza o el cuello, habla ronca y antecedentes familiares de cáncer de tiroides. En estos casos, los médicos pueden optar por extirpar quirúrgicamente parte de la glándula tiroides. La cirugía también se utiliza para tratar a las personas con adenoma tiroideo que causa hipertiroidismo o problemas para tragar y respirar. El tratamiento de los nódulos tiroideos no cancerosos también presenta complicaciones hipertiroideas debido al daño accidental a los nervios de las cuerdas vocales durante la cirugía.

Algunos médicos también usan yodo radioactivo para tratar a pacientes con glándulas tiroideas hiperactivas. El yodo ayuda a reducir el tamaño de estos tumores, pero puede hacer que la glándula tiroides se hinche en casos raros. Sin embargo, los expertos médicos no recomiendan el yodo radioactivo en el tratamiento de mujeres embarazadas con tumores tiroideos. Los casos especiales de nódulos no cancerosos pueden incluir el tratamiento con un medicamento llamado levotiroxina para inhibir la producción de la hormona tiroidea tiroxina (T4). La terapia con láser y las inyecciones de alcohol son otros tratamientos para el adenoma tiroideo. Muchos nódulos cancerosos no requieren tratamiento y no son potencialmente mortales.