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Epistaxis

El epistaxis, también conocido como rinorragia, es el término médico para las hemorragias nasales. Implican sangrado desde el interior de la nariz y ocurren cuando hay una lesión en los tejidos de la nariz que hace que ésta sangre.

Muchas personas tienen hemorragias nasales ocasionales. Las hemorragias nasales se consideran frecuentes si ocurren más de una vez a la semana. Afortunadamente, la mayoría de las hemorragias nasales no son graves y pueden tratarse fácilmente. Se dividen en dos tipos, dependiendo de si el sangrado proviene de la nariz anterior (frontal) o de la nariz posterior (posterior).

  • Las hemorragias nasales anteriores representan más del 90% de todas las hemorragias nasales. El sangrado generalmente proviene de un vaso sanguíneo en la parte anterior de la nariz. Las hemorragias nasales anteriores suelen ser fáciles de controlar, ya sea a través de medidas que pueden ser tomadas en casa o por un médico.
  • El sangrado posterior es mucho menos frecuente que el anterior. Tienden a ser más frecuentes en los ancianos. El sangrado generalmente proviene de una arteria en la parte posterior de la nariz. Estas hemorragias nasales son más complicadas y generalmente requieren hospitalización y tratamiento por un otorrinolaringólogo (otolaringólogo).

¿Cuándo consultar a un médico?

El sangrado nasal es una emergencia médica. Consulte a un médico inmediatamente si:

  • El sangrado dura más de 20 minutos
  • Sangrado nasal después de un accidente, caída o lesión en la cabeza, incluyendo un puñetazo en la cara que puede haber roto la nariz.

Causas

La membrana mucosa de la nariz contiene muchos vasos sanguíneos pequeños que están cerca de la superficie y se dañan fácilmente. La causa más común de hemorragias nasales o epistaxis es un trauma fuera de la nariz, como un golpe en la cara, o un trauma dentro de la nariz, como rascarse la nariz o irritación repetida por un resfriado. El aire seco hace que las membranas nasales se sequen y sean más sensibles al sangrado y a las infecciones.

Con menos frecuencia, un proceso subyacente de la enfermedad, como la incapacidad de la sangre para coagularse, puede contribuir al sangrado. La incapacidad de la sangre para coagularse se debe con mayor frecuencia a fármacos anticoagulantes como la warfarina (Coumadine) o la aspirina. La enfermedad hepática también puede interferir con la coagulación de la sangre. Los vasos sanguíneos anormales o el cáncer de nariz son causas poco frecuentes de hemorragias nasales. La presión arterial alta también puede contribuir al sangrado, pero casi nunca es la única razón de un sangrado nasal.

Factores de riesgo

Los siguientes factores predisponen a las personas a sangrar por la nariz:

Los tumores hereditarios y los problemas de sangrado son causas menos comunes.

Diagnóstico

El diagnóstico de hemorragia nasal es generalmente obvio y aparente durante la consulta del paciente, aunque algunas personas no tienen sangrado activo en el momento en que consultan al médico. Sin embargo, lo más importante es que tu proveedor de atención de la salud deberá localizar la fuente del sangrado y determinar si tienes una hemorragia nasal anterior o posterior. Además, otras causas menos comunes de hemorragias nasales pueden requerir tratamiento con base en la historia clínica y los resultados del examen físico de la persona.

Para examinar la nariz, el médico colocará medicamentos en las fosas nasales (generalmente con un algodón) para adormecer el interior de la nariz y estrechar los vasos sanguíneos en esta área. Los medicamentos para adormecer el examen serán menos dolorosos. La droga que estrecha los vasos sanguíneos reduce el tejido nasal e incluso puede controlar la hemorragia para que sea más fácil ver dentro de esta pequeña cavidad oscura y determinar el sitio exacto de la hemorragia. Se inserta un instrumento metálico llamado espéculo nasal en las fosas nasales para visualizar el interior de la nariz.

El diagnóstico de hemorragia nasal posterior se realiza generalmente cuando los intentos de controlar la hemorragia utilizando las medidas utilizadas para la hemorragia nasal anterior han fallado o cuando no se identifica ninguna fuente anterior. Ver la fuente de la hemorragia nasal posterior es casi imposible. Otros resultados que sugieren sangrado posterior de la nariz incluyen sangrado de ambas fosas nasales o sangre que visualiza el drenaje en la parte posterior de la garganta.

Las pruebas de laboratorio generalmente no son necesarias. Sin embargo, en el caso de hemorragias nasales severas, se puede realizar un conteo sanguíneo para evaluar el grado de pérdida de sangre. Para las personas con trastornos de coagulación sanguínea o que están tomando anticoagulantes, también se pueden solicitar exámenes de sangre adicionales. Si hay preguntas sobre la malignidad u otras causas menos frecuentes de hemorragias nasales, se pueden considerar exámenes de sangre y/o pruebas de imagen adicionales.

El médico le preguntará acerca de sus síntomas e historial médico y le realizará un examen físico. El pulso y la presión arterial deben tomarse con precaución, ya que el sangrado intenso puede hacerlos peligrosamente bajos.

Los exámenes pueden incluir

Radiografías para identificar anomalías o masas en la región nasal Endoscopia. Se utiliza un tubo delgado e iluminado para examinar los tejidos nasales que no son visibles desde la parte frontal de la nariz, para detectar anemia, niveles bajos de plaquetas o problemas de coagulación.

Tratamiento

Las hemorragias nasales son muy frecuentes. La mayoría de las veces, es una molestia y no un problema médico real. Sin embargo, pueden ser ambas cosas.

Para tratar una hemorragia nasal, siéntese derecho e inclínese hacia adelante. Ponerse de pie reduce la presión arterial en las venas de la nariz. Esto desalienta el sangrado posterior. Sentarse frente a usted le ayudará a prevenir que la sangre trague, lo cual puede irritar el estómago.

Aprieta la nariz. Use el pulgar y el índice para apretar las fosas nasales. Respira por la boca. Continúe pellizcando de cinco a diez minutos. El pinchazo envía presión al punto de sangrado en el tabique nasal y a menudo detiene el flujo sanguíneo.

Para prevenir hemorragias posteriores, no se pique la nariz ni se incline hacia abajo durante varias horas después del episodio hemorrágico. Mientras tanto, recuerde mantener la cabeza más alta que el nivel del corazón.

Si el sangrado se repite, sople fuerte para limpiar la nariz de coágulos sanguíneos y rocíe ambos lados de la nariz con un aerosol descongestionante nasal que contenga oximetazolina. Vuelva a apretar la nariz como se describió anteriormente y llame a su médico.

  • Usted puede experimentar sangrados nasales frecuentes. Es posible que necesite un vaso sanguíneo cauterizado. La cauterización es una técnica que consiste en quemar el vaso sanguíneo con una corriente eléctrica de nitrato, plata o un láser. El médico puede bloquear la nariz con una gasa especial o una bomba inflable de látex para ejercer presión sobre los vasos sanguíneos y detener el sangrado.
  • Presenta hemorragia nasal y toma anticoagulantes como aspirina o warfarina (Coumadin). Su médico puede aconsejarle que ajuste la dosis del medicamento.
  • El oxígeno suplementario administrado con un tubo nasal (cánula) puede aumentar el riesgo de hemorragias nasales. Aplique un lubricante a base de agua en las fosas nasales y aumente la humedad en su hogar para ayudar a aliviar las hemorragias nasales.

Prevención

La mayoría de las hemorragias nasales ocurren durante el invierno en climas fríos y secos.

  • Si usted es propenso a sangrar por la nariz, use un humidificador en su casa. Use vaselina o un aerosol nasal de solución salina para mantener húmedos sus conductos nasales.
  • Evite rascarse la nariz o sonarse la nariz con demasiada fuerza.
  • Si el sangrado está relacionado con otro problema médico, como enfermedad hepática o sinusitis crónica, siga las instrucciones de su médico para controlar el problema.
  • Deje de fumar. Fumar contribuye a la sequedad y a la irritación nasal.