Tiroidectomía
Una tiroidectomía es la extirpación parcial o total de la glándula tiroides, que se encuentra en la base del cuello. Una vez que se completa la cirugía, se extirpa toda la glándula. Sin embargo, algunas veces la cirugía extirpa sólo parte de la glándula, lo cual se puede llamar extirpación parcial o lobectomía tiroidea. La ventaja de dejar parte de la glándula tiroides presente es que la glándula puede continuar produciendo las hormonas que el cuerpo necesita y puede reducir el riesgo de hipotiroidismo (niveles bajos de hormonas tiroideas).
Existen varias razones por las cuales las personas pueden necesitar una tiroidectomía parcial o total. Estos pueden incluir hiperactividad tiroidea, cáncer de tiroides e hipertrofia tiroidea (a veces llamada bocio). Algunas veces, la expulsión no se realiza quirúrgicamente, sino que se utilizan sustancias radioactivas para reducir el tamaño de la glándula. Sin embargo, algunas personas pueden preferir la cirugía, especialmente si desean evitar estas sustancias, especialmente las mujeres embarazadas o las que desean quedar embarazadas poco después de una tiroidectomía y los niños cuyos padres pueden promover una baja exposición a sustancias radioactivas. Desde un punto de vista estético, la tiroidectomía también puede ser preferida, especialmente para el tratamiento de glándulas muy grandes.
Diferentes tipos de cirujanos pueden realizar la tiroidectomía, incluyendo especialistas en oído, nariz y garganta en la cirugía de cabeza y cuello. Otras personas que pueden ayudar o participar en el proceso quirúrgico son los endocrinólogos. En los tipos más simples de cirugía, una incisión en la base del cuello da acceso a la glándula, luego se hace una incisión o se extirpa todo o parte de ella. Existen algunas opciones quirúrgicas consideradas menos invasivas y menos probables que la cicatrización, como la tiroidectomía asistida por video (MIVAT) mínimamente invasiva. Algunas veces, el acceso a la tiroides no está en la base del cuello, sino debajo del brazo, y las incisiones son mucho más pequeñas.
La cirugía generalmente se realiza bajo anestesia general, y las personas pueden esperar permanecer en el hospital por una o dos noches después. Aunque todavía es raro, la tiroidectomía puede realizarse bajo anestesia local y la estancia en el hospital no puede exceder de una noche. La mayoría de estas cirugías aún no han sido evaluadas en forma ambulatoria.
Después de una tiroidectomía, las personas pueden tener dolor de garganta y una voz débil, que generalmente desaparece en unas pocas semanas. En aproximadamente el 1% de los casos, hay daño permanente en la laringe que continúa afectando la calidad de la voz. Las complicaciones más comunes después de esta cirugía incluyen niveles insuficientes de hormona tiroidea o niveles de calcio más bajos de lo normal. Estos pueden ser tratados con suplementos hormonales y minerales. Las personas con tiroidectomía total son propensas a necesitar suplementos tiroideos de por vida.
Cuando la razón de la cirugía es el cáncer, los médicos pueden hacer un paso de seguimiento para matar las células cancerosas restantes. Esto puede incluir quimioterapia o tratamiento con yodo radiactivo. El trabajo de seguimiento puede tomar unos meses después de la operación para asegurar que todas las células cancerosas hayan desaparecido. El cáncer de tiroides es un cáncer particularmente invasivo, pero sin embargo debe ser erradicado para prevenir su propagación.