Hiposmia
La hiposmia es el pérdida o disminución del sentido del olfato. Cuando la pérdida es completa, la condición se llama anosmia.
Esta pérdida del olfato puede deberse a varios factores de salud, algunos de los cuales pueden ser tratados y prevenir cualquier pérdida adicional del olfato.
Causas
Varias condiciones pueden llevar a la hiposmia:
- Alergias. Son una causa frecuente de pérdida total o parcial del olfato.
- Herida en la cabeza. Puede ocurrir después de un traumatismo craneal, como un accidente automovilístico o una caída.
- Pólipos nasales. Pueden causar daño permanente que no se revierte, incluso cuando los pólipos se extirpan quirúrgicamente.
- Infecciones virales. Pueden causar un estado de hiposemia temporal o permanente. En algunos casos, la pérdida del olfato sólo dura mientras la infección esté activa.
Algunos estudios indican una posible relación entre la presencia de hiposmia y el posible desarrollo de la enfermedad de Parkinson.
Tratamiento
Cuando la causa subyacente de la pérdida del olfato se detecta a tiempo, hay una buena posibilidad de recuperación. El tratamiento depende de la causa:
- Alergias. En algunos casos, cuando se trata la alergia, la persona comienza a recuperar la capacidad de reconocer ciertos olores, mientras que en otros, el sentido del olfato se ve afectado permanentemente.
- Heridas en la cabeza. Cuando el trauma es la causa principal, el paciente puede recuperarse de la enfermedad, dependiendo de la extensión del daño que se haya producido y de las secuelas de ese daño. Sin embargo, no hay garantía de que la capacidad de sentir nunca será completa de nuevo.
- Pólipos nasales. La extirpación de pólipos es importante para la preservación de cualquier sensación olfativa persistente que el paciente pueda retener en el momento del diagnóstico.
- Infecciones virales. Una vez que la infección está bajo control, se restablece la capacidad de detectar olores, a veces completamente. Sin embargo, hay algunos ejemplos de infecciones virales que pueden haber continuado por largos períodos de tiempo, resultando en la pérdida permanente del olfato.