Úlcera isquémica
Una úlcera isquémica, también conocido como úlcera por insuficiencia arterial, es una herida abierta provocada por una reducción importante del suministro de sangre a la zona (isquemia).
La mayoría de las úlceras isquémicas se localizan en la superficie lateral del tobillo.
Signos y síntomas
Los síntomas iniciales de una úlcera isquémica en desarrollo a menudo incluyen hinchazón, enrojecimiento de la piel y la aparición de piel seca y escamosa con hormigueo o entumecimiento en el área afectada.
El dolor puede acompañar o no a una úlcera isquémica. A medida que continúa la privación de oxígeno, la capacidad del paciente para sentir presión, dolor, calor o frío a menudo disminuye. A menudo, el paciente se presenta al médico con estas quejas y el médico hace un diagnóstico basado en estas manifestaciones.
Causas
La causa de una úlcera isquémica es la incapacidad de la sangre rica en oxígeno para llegar a ciertas partes del cuerpo. En pacientes con insuficiencia arterial o problemas en las arterias de las piernas, por ejemplo, la circulación sanguínea en la pierna afectada está muy alterada.
Las células, los tejidos y los músculos de las extremidades inferiores se ven privados de oxígeno, lo que provoca la muerte celular. La muerte celular resultante se manifiesta como una herida abierta, que puede sanar muy lentamente o nunca sanar en absoluto, ya que no hay oxígeno para ayudar en el proceso de curación.
Factores de riesgo
Varias condiciones médicas pueden precipitar la formación de úlceras isquémicas:
- Aterosclerosis. La aterosclerosis es el endurecimiento y estrechamiento de un vaso sanguíneo, y las personas con válvulas venosas que funcionan mal son relativamente más propensas a desarrollar úlceras isquémicas.
- La diabetes también puede predisponer a las personas a desarrollar úlceras diabéticas o úlceras en los pies.
- Fumar
- Predisposición genética
Tratamiento
El tratamiento generalmente se dirige a las afecciones médicas subyacentes que causan las úlceras isquémicas. Los pacientes aprenden a limpiar la herida a fondo lavándola con agua y jabón para prevenir infecciones.
Otras prácticas recomendadas para los pacientes con úlceras isquémicas incluyen el uso de zapatos suaves y cómodos, no caminar descalzos e inspección frecuente del área afectada.