¿Qué es la pulpitis?

Etimología

    Pulpitis: pulpa, en referencia a la pulpa dental + -itis, del griego antiguo -ῖτις (-îtis, “inflamación”).

La pulpitis es la inflamación de la pulpa dental, la parte del interior de los dientes formada por tejido conectivo vivo y células llamadas odontoblastos, las células que forman la dentina.

Suele ser el resultado de una lesión en el diente. La forma más común de lesión dental son las caries, que a menudo son el resultado de una mala higiene dental.

Signos y síntomas

Existen diferentes grados de pulpitis, de leve a severa. El aumento de la sensibilidad a los estímulos, especialmente al frío y al calor, es un síntoma común de la pulpitis. Cuando la pulpitis no está muy avanzada, el dolor desaparece tan pronto como se elimina el estímulo. Cuando la pulpitis está avanzada y potencialmente irreversible, el dolor persiste durante algún tiempo.

Los casos extremos de pulpitis pueden llevar a un fenómeno llamado dolor referido, causando dolor en áreas no relacionadas con el diente afectado, como la cara o el cuello, y también al oído si los dientes inferiores están afectados, haciendo difícil para el paciente y el dentista determinar exactamente qué diente está causando el dolor.

Cuándo consultar a un médico

Si experimenta dolor dental menor, comuníquese con un médico tan pronto como sea posible. Es importante diagnosticar y tratar la pulpitis antes de que se deteriore y tome una forma irreversible. El tratamiento temprano ayudará a prevenir los casos de pulpitis irreversible, que aún no se han curado.

Causas

La pulpitis puede ser causada por:

  • Caries. Una caries que penetra a través del esmalte y la dentina para llegar a la pulpa.
  • Traumatismos, como una fractura de la capa de esmalte del diente que puede exponer la dentina.
  • Algunos procedimientos dentales, como una perforación por parte de un dentista al rellenar o preparar la corona en el diente.
  • Periodontitis.

Complicaciones

Las principales complicaciones de la pulpitis son:

  • Infecciones o abscesos dentales. Es una acumulación de pus causada por una infección bacteriana dentro del diente.
  • Periodontitis apical. Es la inflamación de todas las estructuras de soporte de los dientes. A menudo se acompaña de la destrucción del hueso y, a veces, de la raíz del diente.

Diagnóstico

Algunas de las principales técnicas de diagnóstico son las siguientes:

  • Diagnóstico visual. Esto se hace observando directamente la cavidad profunda involucrada en la pulpa. Algunas veces se puede usar un tubo para ver partes más profundas de la pulpa.
  • Radiografías. Esta es una gran manera de obtener una visión general de la sección de pasta. Revela la presencia de cavidades, así como una vista de la cavidad profunda que muestra el agrandamiento del ligamento periodontal.
  • Percusión. Esto revela la cavidad pulpar y el aumento que se agrava aún más por la presión intrapulpar que crea sensibilidad en la percusión del diente dañado.
  • Pruebas de vitalidad. Esto se hace estimulando diferentes tipos de calor en el diente dañado. Se ha confirmado que se trata de una pulpitis, cuando la aplicación de frío ayuda a aliviar el dolor mientras que el calor produce una reacción opuesta.

Es importante determinar si la pulpa todavía se puede salvar, ya que la gravedad de la lesión juega un papel importante en la búsqueda de la mejor forma de tratamiento para la enfermedad.

Tratamiento

Se administran antibióticos como amoxicilina para reducir la intensidad de la infección.

Una persona con pulpa dental inflamada y una visita al dentista puede esperar uno de los siguientes dos resultados. La primera es cuando la inflamación todavía es tratable. El dentista taladra la cavidad y realiza la restauración dental. Sin caries, la pulpa volverá a su estado normal y saludable. Cuando la infección ha ido demasiado lejos, o cuando la pulpa ya está muerta, es necesario un tratamiento de conducto radicular.

Un procedimiento de tratamiento de conducto, también conocido como terapia endodóntica, es un procedimiento que elimina completamente los tejidos de la pulpa dental inflexionada o muerta y los reemplaza con un material duro e inorgánico. Después de la anestesia local, el procedimiento dura entre una y dos horas. Aunque el resultado final es un diente sin tejido vivo, conserva su funcionalidad. La colocación de una corona en el diente en el extremo del conducto radicular reduce en gran medida el riesgo de fractura del diente en una fecha posterior.

Si la pulpitis es reversible, la pulpa se puede mantener mediante la eliminación de caries.

Una vez que se tiene una pulpitis irreversible, el tratamiento incluye la extracción completa de pulpa (pulpectomía) y la colocación de fármacos intracanales como creatinina, eugenol o formaldehído.

Prevención

Una buena higiene bucal es esencial para prevenir la pulpitis y otras enfermedades de los dientes y la boca. Siga las medidas de higiene recomendadas por su dentista, como cepillarse los dientes al menos dos veces al día. Visite a su dentista regularmente.

Algunas de las principales medidas de prevención de enfermedades incluyen:

  • El cepillo de dientes debe tener un mango corto. Los cepillos deben ser reemplazados cada dos meses. Esto mantendrá la calidad del cepillo de dientes y su capacidad de limpieza.
  • La pasta de dientes debe contener flúor. El flúor fortalece el esmalte y ayuda a prevenir las caries. La pasta de dientes no debe ser demasiado abrasiva, ya que puede dañar el esmalte dental.
  • El hilo dental debe ser usado regularmente. Hay varios tipos de hilos disponibles, el tipo sin cera es el más común. La seda encerada se recomienda para las personas con empastes, y el tipo esponjoso está indicado para los niños.
  • El enjuague bucal contiene agentes antiplaca porque contiene más sustancias que pueden matar bacterias. Estos productos llegan a espacios que el pincel no puede alcanzar.

Las visitas regulares al dentista son otra parte esencial de una buena higiene bucal y deben realizarse al menos dos veces al año.