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Espondilosis

La espondilosis cervical es un término general relacionado con el desgaste que afecta a los discos de la columna vertebral en el cuello. A medida que los discos se deshidratan y se encogen, aparecen espolones óseos y otros signos de osteoartritis.

La espondilosis cervical es muy común y empeora con la edad. También parece haber un componente genético involucrado porque algunas familias tienen más de estos cambios con el tiempo, mientras que otras familias se desarrollarán menos. Más del 90% de las personas mayores de 65 años tienen signos de espondilosis cervical y osteoartritis. La mayoría de estas personas no sienten los síntomas de estos problemas.

Signos y síntomas

En la mayoría de los casos, la espondilosis cervical no causa ningún síntoma. Cuando los síntomas aparecen, por lo general sólo afectan el cuello, causando dolor y rigidez.

Algunas veces, la espondilosis cervical causa un estrechamiento del espacio necesario para la médula espinal y las raíces nerviosas que se originan en la médula espinal y pasan a través de la columna vertebral para llegar al resto del cuerpo. Si las raíces nerviosas o la médula espinal están tensas, puede experimentar:

  • Hormigueo, entumecimiento y debilidad en los brazos, manos, piernas o pies
  • Falta de coordinación y dificultad para caminar
  • Pérdida del control de los intestinos o de la vejiga

¿Cuándo consultar a un médico?

Consulte a un médico si nota una aparición repentina de entumecimiento o debilidad, o pérdida del control de los intestinos o de la vejiga.

Causas

Con la edad, los huesos y cartílagos que componen la columna vertebral y el cuello se desgastan gradualmente. Estos cambios pueden incluir:

  • Discos deshidratados. Los discos actúan como amortiguadores entre las vértebras de la columna vertebral. A la edad de 40 años, los discos intervertebrales de muchas personas comienzan a secarse y contraerse, lo que permite un mejor contacto entre los huesos de las vértebras.
  • Hernia de los discos. La edad también afecta al exterior de los discos intervertebrales. A menudo aparecen grietas, que conducen a la formación de discos protuberantes o herniados, que a veces pueden golpear la médula espinal y las raíces nerviosas.
  • Espolones óseos. La degeneración del disco a menudo resulta en que la columna vertebral produce cantidades adicionales de hueso, a veces llamadas espolones óseos, en un esfuerzo equivocado por fortalecer la columna vertebral. Estos espolones óseos a veces pueden pellizcar la médula espinal y las raíces nerviosas.
  • Ligamentos rígidos. Los ligamentos son cordones de tejido que conectan los huesos entre sí. El aumento de la edad puede hacer que los ligamentos de la columna vertebral se endurezcan y se calcifiquen, haciendo que su cuello sea menos flexible.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo para la espondilosis cervical incluyen:

  • Edad. La espondilosis cervical es una parte normal del envejecimiento. Los discos intervertebrales tienden a deshidratarse y a encogerse con el tiempo.
  • Ocupación. Algunos trabajos pueden poner aún más presión en su cuello. Esto puede incluir movimientos repetitivos del cuello, postura incómoda o mucho trabajo en la parte superior.
  • Lesiones en el cuello. Las lesiones cervicales anteriores parecen aumentar el riesgo de espondilosis cervical.
  • Factores genéticos. Algunas familias tienen más de estos cambios con el tiempo, mientras que otras familias desarrollarán menos.

Complicaciones

Si las raíces de la médula espinal o del nervio están fuertemente comprimidas como resultado de la espondilosis cervical, el daño puede ser permanente.

Diagnóstico

Durante el examen, el médico verificará el rango de movimiento del cuello. Para determinar si hay presión sobre los nervios o la médula espinal, el médico examinará sus reflejos y comprobará la fuerza de sus músculos. Es posible que desee observar cómo camina para ver si la compresión de la columna vertebral afecta su forma de andar.

Pruebas de imagen

Diversos exámenes imagenológicos pueden proporcionar información para guiar el diagnóstico y el tratamiento. Aquí hay algunos ejemplos:

  • Radiografía del cuello. Una radiografía puede mostrar anomalías, como espolones óseos, que indican espondilosis cervical. Se ordena principalmente como una prueba de detección para buscar causas raras y graves de dolor y rigidez en el cuello, como tumores, infecciones o fracturas.
  • Tomografía computarizada. Este examen se realiza en radiografías de diferentes direcciones y luego se combina para obtener una vista transversal de las estructuras del cuello. Puede proporcionar muchos detalles que son más finos que una simple radiografía, especialmente en los huesos.
  • Imágenes por resonancia magnética (IRM). La RMN utiliza un campo magnético y ondas de radio y puede producir imágenes detalladas y transversales de los huesos y los tejidos blandos. Esto puede ayudar a identificar las áreas donde los nervios pueden ser pellizcados.
  • Mielograma. Esta prueba consiste en generar imágenes utilizando rayos X o tomografías computarizadas después de inyectar líquido en el canal espinal. El tinte hace que las áreas de la columna vertebral sean más visibles.

Exámenes de la función nerviosa

En algunos casos, puede ser útil para determinar si las señales nerviosas se propagan adecuadamente a los músculos. Los exámenes de la función nerviosa incluyen:

  • Electromiografía (EMG). Este examen mide la actividad eléctrica de los nervios que transmiten mensajes a los músculos cuando se contraen y cuando están en reposo. El propósito de una EMG es evaluar la salud de los músculos y nervios que los controlan.
  • Estudio de conducción nerviosa. Para esta prueba, se colocan electrodos en la piel por encima del nervio estudiado. Un pequeño choque pasa a través del nervio para medir la fuerza y velocidad de las señales nerviosas.

Tratamiento

El tratamiento de la espondilosis cervical depende de la gravedad de los signos y síntomas. El propósito del tratamiento es aliviar el dolor, ayudarle a mantener las actividades normales tanto como sea posible y prevenir lesiones permanentes en la médula espinal y los nervios.

Medicamentos

Si los analgésicos de venta libre no ayudan, el médico puede sugerirlo:

  • Relajantes musculares. Los medicamentos como la ciclobenzaprina y el metocarbamol pueden ayudar si usted tiene espasmos musculares en el cuello.
  • Anticonvulsivos. Ciertos tipos de medicamentos para la epilepsia, como gabapentina y pregabalina, también son efectivos para aliviar el dolor en los nervios dañados.
  • Narcóticos. Algunos analgésicos recetados contienen narcóticos, como hidrocodona u oxicodona.
  • Inyecciones de esteroides. En algunos casos, la inyección de prednisona y un agente anestésico en el área afectada por la espondilosis cervical puede ayudar.

Terapia

Un fisioterapeuta puede enseñarle ejercicios para estirar y fortalecer los músculos del cuello y los hombros. Algunas personas con espondilosis cervical pueden beneficiarse del uso de la tracción, que puede ayudar a proporcionar más espacio en la columna vertebral si se aprietan las raíces nerviosas.

Cirugía

Si el tratamiento conservador fracasa, o si los signos y síntomas neurológicos, como debilidad en brazos o piernas, empeoran, es posible que necesite cirugía para crear más espacio para la médula espinal y las raíces nerviosas. Esto puede implicar la extirpación de un disco herniado o de espolones óseos, o la extirpación de una parte de una vértebra.

Consejos y sugerencias

Los casos leves de espondilosis cervical pueden reaccionar:

  • Haga ejercicio regularmente. Permanecer activo le ayudará a acelerar su recuperación, incluso si necesita modificar temporalmente algunos de sus ejercicios debido al dolor de cuello.
  • Analgésicos de venta libre. El ibuprofeno, el naproxeno o el acetaminofeno suelen ser suficientes para controlar el dolor asociado con la espondilosis cervical.
  • Calor o hielo. Usted puede tratar de aplicarse calor o hielo en el cuello, especialmente si le duelen los músculos del cuello.
  • Cuello suave. Estos collares permiten que los músculos del cuello descansen, pero sólo deben usarse por períodos cortos de tiempo, ya que pueden debilitar los músculos del cuello con el tiempo.