Fuente: Staff Sgt. Darlene Seltmann / U.S. Air Force photo

Síndrome de Horner

El síndrome de Horner es una enfermedad rara que ocurre cuando se dañan ciertos nervios que viajan del cerebro a los ojos y a la cara.

El síndrome de Horner no es una enfermedad en sí misma. Más bien, es un signo de otro problema médico, como un accidente cerebrovascular, una lesión de la médula espinal o un tumor. En algunos casos, sin embargo, no se pudo encontrar una causa subyacente.

Signos y síntomas

El síndrome de Horner generalmente afecta sólo un lado de la cara. Los síntomas típicos del síndrome de Horner incluyen:

  • Disminución o ausencia de sudor en el lado afectado de la cara (anhídrosis)
  • Es raro que un bebé nazca con el síndrome de Horner. En estos casos, el iris del ojo afectado puede ser más claro que el del otro ojo.

¿Cuándo consultar a un médico?

Si nota cualquier signo o síntoma asociado con el síndrome de Horner, consulte a su médico.

Causas

El síndrome de Horner es causado por el daño a los nervios simpáticos de la cara y los ojos. Los nervios simpáticos controlan la circulación sanguínea y la transpiración del cuerpo. Dependiendo de dónde estén dañados los nervios, el síndrome de Horner a menudo se clasifica en dos grupos.

Síndrome de Horner Central

Los nervios simpáticos de la cara comienzan en un área del cerebro llamada el hipotálamo, cruzan el tronco encefálico y luego descienden a lo largo de la médula espinal hasta el pecho. Este es el primer soporte de su “itinerario”. Las posibles causas de daño nervioso en esta área son:

  • Accidente cerebrovascular (generalmente un accidente cerebrovascular o, más comúnmente, la ubicación del tronco encefálico)
  • Tumor
  • Siringomielia - una condición en la cual se desarrolla un quiste lleno de líquido (siringe) en la médula espinal.
  • Dolores de cabeza

Síndrome de Horner periférico

Desde el pecho, los nervios simpáticos se extienden hasta el cuello, así como las principales arterias que llevan sangre a la cabeza (arterias carótidas), el cráneo y luego los ojos. El daño a los nervios en esta área puede ser causado por:

  • Lesión de la médula espinal
  • Desgarro de la pared interna de una de las arterias carótidas (disección de la arteria carótida).
  • Lesión sufrida por un bebé durante el parto
  • Cáncer de pulmón en la parte superior del pulmón
  • Aunque el síndrome de Horner puede ser un signo de una de estas afecciones, en algunas situaciones no se puede encontrar una causa específica. Esto se denomina síndrome de Horner idiopático.

Diagnóstico

Para diagnosticar el síndrome de Horner, su médico primero le preguntará acerca de su historial médico y le realizará un examen físico completo.

Prueba de dilatación de la pupila

Si usted tiene el síndrome de Horner, su pupila se abrirá (dilatará) más lentamente de lo normal. Su médico puede evaluarla colocando gotas de medicamento en el ojo que obligarán a su pupila a dilatarse. La respuesta del estudiante a las gotas para los ojos ayudará a confirmar o refutar el diagnóstico del síndrome de Horner. Si se confirma el síndrome de Horner, el examen puede ayudar a determinar dónde se encuentra el problema en la vía simpática. Este examen a menudo lo realiza un oftalmólogo.

Análisis de seguimiento

Un examen físico y una prueba de dilatación de la pupila pueden confirmar el diagnóstico del síndrome de Horner. Sin embargo, para encontrar la causa subyacente del síndrome de Horner, se pueden realizar otros exámenes. Dependiendo de su situación, puede serlo:

Radiografías de tórax para un tumor u otra afección que pueda afectar los nervios simpáticos de la cara. Imágenes por resonancia magnética (IRM) de la cabeza, el cuello y el tórax para identificar tumores, signos de disección de la arteria carótida, accidentes cerebrovasculares y otras afecciones que pueden afectar a los nervios simpáticos de la cara.

Tratamiento

No existe un tratamiento específico para el síndrome de Horner. El tratamiento depende de la causa. El síndrome de Horner a menudo desaparece cuando se trata con éxito una afección médica subyacente.

Si tiene dificultad para ver fuera del ojo afectado, su médico puede recomendar que sea supervisado por un oftalmólogo.