Frecuencia cardíaca

La frecuencia cardíaca es una herramienta de medición que determina la velocidad de los latidos del corazón.

Generalmente, el concepto se expresa por el número de latidos o pulsos en un período de tiempo dado, como latidos por minuto (BPM). Comprender la frecuencia cardíaca puede ser importante para los atletas como medida de esfuerzo, pero también puede ser útil para que los profesionales de la salud entiendan la salud de un paciente.

La explicación médica de que un latido cardíaco no puede ser muy complejo; de hecho, el corazón late más rápido cuando el cuerpo necesita más oxígeno. El requerimiento de oxígeno puede cambiar dependiendo de varios factores, tales como la actividad actual, enfermedad cardíaca o salud general. Dicha supervisión puede permitirle a una persona saber qué tan duro está trabajando el corazón para entregar sangre oxigenada por todo el cuerpo.

Existen varias maneras de medir la frecuencia cardíaca, aunque muchos métodos básicos sólo proporcionan un rango general. La forma más sencilla es buscar un punto de impulso en el cuerpo - cuanto más fácil es colocarlo en la muñeca directamente debajo del primer dedo o en el lado de la garganta. Estos puntos se encuentran en las arterias superficiales que sobresalen cuando la sangre fluye a través de ellas, creando un ritmo o pulso constante. Para medir la frecuencia cardíaca usando un punto de pulso, una persona puede contar el número de latidos que ocurren en seis segundos. Multiplique este número por diez y obtendrá una buena estimación del BPM.

Cuando el cuerpo está en reposo, por ejemplo, cuando está sentado o dormido durante un largo período de tiempo, la frecuencia cardíaca tiende a ser baja. Esto se denomina frecuencia cardíaca en reposo y, para la mayoría de las personas, está entre 60 y 100 BPM. Algunos atletas o adultos muy en forma pueden tener una tasa de descanso más baja, lo cual generalmente es un signo de buena salud cardiovascular. Las personas con niveles anormalmente bajos pueden tener una afección llamada bradicardia, que puede causar problemas de salud debido a que el corazón no es capaz de transmitir suficiente oxígeno a todo el cuerpo. Las personas que tienen una tasa de reposo anormalmente alta pueden tener taquicardia, lo cual puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco o [accidente cerebrovascular].

Para los atletas, la medición de la frecuencia cardíaca ayuda a controlar su nivel de esfuerzo y rendimiento. El ejercicio de frecuencia cardíaca implica calcular la medida máxima de salud para la edad y condición física de una persona, y luego tratar de mantener la frecuencia cardíaca en un cierto porcentaje de ese máximo durante el ejercicio. Por ejemplo, los expertos en salud y acondicionamiento físico dicen que se quema más grasa cuando el corazón late al 60% de la dosis máxima recomendada por el atleta. Del 70% al 80%, aunque la persona trabaja más duro, quema más carbohidratos que grasa. El porcentaje que un atleta trata de alcanzar es a menudo referido como el ritmo cardíaco objetivo.